Introducción Hasta los tiempos de Juan el Bautista, la enseñanza se basaba en la Ley de Moisés. El judaísmo consiste de 613 leyes, cada una de las cuales lleva atrás leyes menores como una cola. Jesús es el mediador/legislador de una Nueva Ley, un Nuevo Pacto del Reino. El Evangelio del Reino “de Dios” fue dado por el Hijo y ahora los cristianos pueden vivir en la gracia y por fe en la Ley de Jesucristo (Sus mandamientos). El Sermón del Monte, registrado en Mateo 5 al 7, define radicalmente las leyes del Reino. El guardarlas previene la ruina sobre la arena. En el Nuevo Testamento vemos la transición de Moisés como “señor” a Jesús como “el Señor”. La transición del judaísmo y proselitismo al cristianismo y discipulado; de lo viejo a lo nuevo, de la visión de una nación con fronteras y espadas a una Iglesia Universal armada con amor, aún por nuestros enemigos. Los Grandes y el Grandísimo Sin duda, los dos principales mandamientos del Antiguo Pacto consisten en 1. Amar a Dios con todo y 2. Amar al prójimo como si fuera uno mismo. Con respecto al último de estos mandamientos, Pablo dice que nadie aborrece su propia carne, sino la cuida. Es muy interesante ver el hecho que en las Escrituras “la ley real” se convierte en el #2 en la lista. Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis. Santiago 2:8 Es importante notar que el libro de Santiago fue el primero que se escribió en la colección del “Nuevo Testamento” (45 d.C.). El concilio de Jerusalén en el año 50 d.C. (Hechos 15) aún no se había realizado y la Iglesia Primitiva aún se encontraba entre el vino añejo y el vino nuevo. Timoteo fue circuncidado pero Tito no. La iglesia de la actualidad está en un estado híbrido y es necesario a formar una iglesia gloriosa. “La ley real” está escrita nueve veces en la Biblia, más veces que el primer gran mandamiento de amar a Dios con todo. Puede ser una indicación muy clara de que somos mucho más propensos a sentir amor por “el Hombre en el piso de arriba” que por los hombres que nos rodean y era necesario a repetir esa ley una y otra vez para que no nos olvidemos el amor horizontal. Únicamente en el libro de Juan encontramos un nuevo mandamiento que parece muy similar a la ley real del Antiguo Pacto. Sin embargo, este ley fue dado por Jesús mismo en la Última Cena. En el contexto Bíblico es un mandamiento dirigido a los que se sientan en la Mesa Ágape, la Iglesia, apartados de la multitud porque disfrutan la comunión íntima del Reino. Podemos decir que la siguiente ley que leeremos es el “grandísimo” mandamiento y la ley “realísimo”. Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros (aquí vemos la distinción). – Juan 13:34-35 Unas Reglas de la Comunión Empresarial Un día nace la Iglesia en Hechos con un Cristo resucitado. El gobierno y la economía de la Iglesia cae sobre los apóstoles. Tuvieron tres años con el Maestro y Heredero del Reino, pero, antes de la ascensión, vemos en Hechos 1:3 que Jesús enseñó por “40 días” del Reino de Dios. Es por esto que yo creo que el Espíritu Santo cayó sobre ellos porque: Estaban todos unánimes juntos.- Hechos 2:1. Regla #1 – ESTAMOS JUNTOS Los apóstoles habían recibido claramente las órdenes del Rey, así que cuando 3,000 preguntaron “¿qué haremos?” en seguida fueron bautizados. Luego dice que: Perseveraban en la doctrina (didache) de los apóstoles, en la comunión (koinonia) unos con otros, en el partimiento del pan (las Cenas Ágapes) y en las oraciones. Hechos 2:42 ¡Hay algo muy importante que debemos ver en este punto! Siguieron la didache (doctrina, enseñanza) de los apóstoles y Lucas menciona tres prácticas distintas: koinonia (comunión), el partimiento del pan (las Cenas Ágapes/del Señor) y las oraciones (públicas y privadas). La comunión es una práctica que forma parte mientras que es distinta de las cenas. Los elementos del pan, vino, cuerpo y la cabeza unidos en una mesa es simbólico de la firma de un contrato/pacto pero después de la firma es cuando koinonia se practica diariamente entre la hermandad en una Comunión Empresarial. Los 3,000 nuevos convertidos se bautizaron y luego se sentaron a la mesa en un nuevo pacto con la Iglesia. Esto es cuando la verdadera comunión empieza: Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas. Regla #2 – TENEMOS EMPRESAS EN COMÚN Algunos liquidaron sus posesiones, todavía tenían sus casas, así que yo supongo que vendían “tesoros” estancados que podían ser útiles para alguna necesidad en la nueva economía de comunión del Reino. Pablo compara esta práctica con el mana del Cielo: Que haya igualdad, como está escrito: El que recogió mucho, no tuvo más, y el que poco, no tuvo menos. 2 Corintios 8:14-15 Así que vemos que la práctica de koinonia significa estar juntos, no es “salir adelante” sino mano a mano. La comunión es espiritual y los que son espirituales tienen Comunión Empresarial en hecho y en verdad. ¿Qué hicieron con los frutos de sus esfuerzos? Dice el versículo 45 de Hechos 2: Repartían a todos según la necesidad de cada uno. Si seguimos la didache de los apóstoles y el orden Divino entonces estamos íntimamente conectados a la necesidad de nuestros hermanos y hermanas del cuerpo: Los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba... que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él. 1 Corintios 12:24-26. Lo que me parece muy interesante es el hecho que posiblemente miles de personas liquidaron sus posesiones, dejando una gran suma a los pies de los apóstoles y en Hechos 3:6 Pedro dijo “No tengo plata ni oro”. La Comunión Empresarial del Reino consiste en formar empresa en comunidad honorando incluso al más pequeño entre nosotros sin olvidar que somos un solo cuerpo: El Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Mateo 25:40 Regla #3 – SOMOS UNO CON LOS HERMANOS Y LAS HERMANAS MÁS PEQUEÑAS Cuando analizamos a quien se refiere el Señor cuando dice “tuve hambre, sed, fui forastero, en la cárcel, enfermo” en Mateo 25:36 tenemos que entender que nuestro compromiso de comunión económica es específicamente con “mis hermanos”, o sea, nuestros hermanos de la fe. 1 Corintios 5:11 dice que “si alguno llamándose hermano fuere fornicario, avaro...” no podemos partir pan en los Ágapes con tal ni tenemos el compromiso de comunión con ellos, ya que pierdan los derechos de koinonia. Sin embargo, existe una clasificación de personas que tiene un lugar especial en la economía del Señor aun si no estén dentro de la Iglesia al momento: viudas, huérfanos, personas vulnerables o marginados... Aprended a hacer bien: buscad juicio, restituid al agraviado, oíd en derecho al huérfano, amparad a la viuda. Venid luego, dirá el Señor, y estemos á cuenta. Isaías 1:17-18 Santiago, en el capítulo 1, versículo 27 insiste que la religión pura es: 1. Visitar a las viudas y a los huérfanos en su necesidad; 2. Guardarse de la oscuridad y el egoísmo (manchas) del mundo. Regla #4 – NUESTRAS EMPRESAS TIENEN RELIGIÓN PURA En Lucas 19:11-27 encontramos la parábola de las 10 minas donde un noble va a recibir su Reino pero antes de salir deja las siguientes órdenes: Negociad entre tanto que vengo. Volviendo como Rey pide cuentas de sus siervos/mayordomos. Viendo que el primer siervo ganó 10 minas le entrega 10 ciudades y al segundo cinco ciudades. Pero cuando el tercero dijo que tuvo miedo y no ganó nada, se enfurece el Rey. El fin del servidor improductivo es la ruina. ¿Crees que Jesús quiere un papel denominado “pesos” cuando vuelve o los frutos del Reino tienen mucho más valor? El Señor manda “No hagáis tesoros en la tierra”, declara “donde esté vuestro tesoro allí estará vuestro corazón” y al joven rico le dijo “vende lo que tienes, y dalo a los pobres y tendrás tesoro en el cielo”. ¿Cómo vamos a tener tesoro en el cielo? ¿Quiénes son el tesoro y con quien debe estar nuestro corazón? Todos los hermanos, ¡aún los pobres de nuestro cuerpo! Ahora bien, si vendemos, plásticos, ropa, café, verduras, inmuebles... negociando como lo mandó el Señor con éxito e invertimos en las necesidades de la comunidad del Reino entonces seremos recompensados como buenos mayordomos y ovejas de Aquel que cosecha donde no ha sembrado. Entre más exitosas y prósperas sean nuestras empresas, más podremos hacer por el Reino y los más pequeños. Regla #5 – EMPRENDEMOS EMPRESAS CON ÉXITO Siendo un cuerpo en el cual existe mucha necesidad y carga material, mental, espiritual y social, entre otras, Pablo, en el versículo 2 de Gálatas 6 instruye que “la ley de Cristo”, el amor los unos por los otros, se expresa en la siguiente manera: Sobrellevad los unos las cargas de los otros. Poco después escribe “cada uno llevará su propia carga”. Podemos decir que la carga debe ser distribuida entre el cuerpo conforme las fuerzas de cada uno. “A quien se haya dado mucho, mucho se le demandará”- Lucas 12:48. “Si alguno no quiere trabajar/producir, tampoco coma”, dice 2 Tesalonicenses 3:10. Los apóstoles en el Nuevo Testamento podían vivir con el sustento y el abrigo de los hermanos, pero la mayoría de las veces ni siquiera eso aceptaron, como vemos en los siguientes textos: “Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos”, “trabajando de noche y de día”. Fue profetizado por el Espíritu que Pablo ya no volvería a ver a los hermanos de Mileto y Éfeso. Sus últimas palabras a ellos, como si fueron un sello de su apostolado, están documentadas en Hechos 20:33-35: Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado. Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido. En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir. Regla #6 – EL EMPLEO ES SAGRADO En el trabajo seguimos siendo la Iglesia pero no todas las personas con las que trabajamos o negociamos son cristianos. Estamos en el mundo pero no somos del mundo. Ser cristiano no es adoptar un lenguaje o una posición religiosa sino simplemente es vivir en obediencia a los mandamientos del Señor y demostrar un carácter de integridad y excelencia. Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. Mateo 5:14-16 Pablo, en 1 Corintios 5:10 escribe que tendríamos que salir del mundo para evitar la interacción con la gente que no es cristiana. No debemos esconder en cuevas ni excluir los no-cristianos de nuestras vidas y empresas. Tampoco debemos permitir que la oscuridad influya en nuestras convicciones y disciplinas, sino debemos conocer nuestros límites, tener valor y brillar con gracia. Regla #7 – SOMOS LUZ EN NUESTRO PUESTO LABORAL
0 Comentarios
|
Archives
Febrero 2020
Categories |